Nada hay mas barato que la vida real; nada mas costoso que la vanidad, educado el hombre con todas esa comodidades que da el dinero, se aparta casi siempre del camino que traza el deber, en efecto por una de esas aberraciones de la fortuna, desaparecen de improviso hasta los mas indispensables vehículos para continuar la carrera de la vida; Entonces el hombre, no acostumbrado a ninguna clase de privación, se impacienta, se desespera y cae arrastrado por los vicios a la degradación.
Nada me ha inspirado mas lastima que un hombre decente degradado por sí mismo. Ahora y perdóname hijo que venga en estas paginas que siguen a derramar en tu corazón de niño el néctar amargo de la desconfianza; pero si mi padre, el prototipo de la honradez, del trabajo y del amor filial, me hubiera abierto los ojos, por decirlo así, yo no habría sido tantas veces víctima de los hombres perversos.
No llegues, ni pases jamás por ningún lugar sin verlo, sin observarlo todo; sin hacer examen de las cosas, comentarios de las ideas. Y cuando hables con alguien míralo a la cara, tratando siempre de dominarlo con la tuya; oye profundamente lo que te diga, procurando siempre concentrarte en absoluto al asunto de que te hable.
No resuelvas jamás nada sin antes haberlo pensado mucho, muchísimo; sin haberla sujetado a los números, al cálculo, al examen minucioso. Esto hasta en lo más insignificante.
Por ejemplo vas a comprar un lápiz para escribir, examínalo pregunta que numero tiene de fabrica, si es suave, si es duro y hasta de que madera y pedernal es; así en todo.
Te invitan a una reunión. Quien te invita, como, porque, en que formula, que motiva la reunión, que fin tiene; Y en ella, observa a los individuos, que dicen, que hacen. Esto en lo político, en lo comercial, y en lo social.
En tu hogar debes ser sobrio, respetuoso con los tuyos, cumplido hasta habituar a todo los que te rodean a que te respeten, porque donde no hay respeto, no hay cariño, no hay amistad, no hay amor.
No contraríes nunca a tu madre; mas vale que cometas un error por complacerla, por obedecerla, que proporciónale un disgusto; Y si te ves obligado imperiosamente a ello, hazlo con tanta dulzura, que ella ceda por amor: Jamás por imposición.
No salgas sin dar aviso a tu madre o a mí, aunque sea a alguna excursión muy privada. Ni tu madre ni yo haremos lo que la generalidad de los padres, estorbar sistemáticamente a sus hijos o dejarlos en libertad absoluta de hacer lo que quieran. No tu, Dios primero, tendrás en nosotros, dos amigos, que paso a paso te iremos inculcando la experiencia que los años nos han dado, lecciones que es imposible estamparlas en un libro, por que seria no acabar jamás.
El hombre desde niño se acostumbra a estudiar y a ocuparse de negocios, de especulaciones mercantiles se hace prontamente hombre; pero el que desde niño tiende a reunirse con gente soez, con muchachos corrompidos al final sigue ese camino y se pierde.
Voy hacerte aquí una observación que te será muy útil. A la gente de media clase le gusta mucho abrir sus puertas a la juventud y es en esas relaciones que la juventud adquiere costumbres libres y el apego a su clase. Procura pues huir de ella y buscar hacia arriba siempre Si desde niño te acostumbras a la buena sociedad difícilmente te corromperás.
En los negocios busca siempre los hombres de capital, nunca aventures con limpios. No compres lo que no puedas pagar de contado. Y en los negocios cuando para especular tengas que tomar a crédito, no gastes un centavo que no sea, no solamente tuyo, sino que no tengas necesidad de guardarlo.
El hombre que lo que gana, no guarda la mitad, esta perdido; y el banco comercial que te vea llevar siempre al depósito, es tu mejor garantía. Por eso debes empeñarte en ser hombre de números, gran conocedor de las operaciones bursátiles que son las que mejores ganancias dan.
Debes tener en cuenta que todo hombre necesita conocer una ciencia o un arte y muy particularmente educar la memoria de tal modo que todo, todo lo retengas, el hombre que conoce mucha historia, tiene ventajas, pero nunca debe hacerse fastidioso con citas históricas, sino cuando otros provoquen. Acostúmbrate a la oratoria, pero la oratoria clásica, que también es muy útil en sociedad, en política.
Más vale ser desconfiado en todos los actos de la vida, que caer incauto, por falta de observación. Yo he sido siempre víctima de mi carácter confiado. Es un gran defecto, muy grande. Otro defecto he tenido que me ha hecho mucho daño: -La generosidad- Dar uno lo que tiene es un crimen, porque por lo pronto decimos o creemos que hemos hecho un bien, pero luego nos convencemos que ese medio que hemos dado nos hace falta.
La limosna, pues, no debe pasar jamás de un centavo. Voy a probarte esto Un mendigo va de casa en casa los martes y los sábados pidiendo, en una población donde tiene 100 casas que le dan, son, pues 20 reales a la semana o lo que es lo mismo diez pesos al mes, diez pesos al mes, que puede guardar, porque la comida la tiene segura, lo mismo que sus harapos, un centavo, un centavo es el principio de un capital. Guarda hijo, guarda el dinero, no lo malgastes, que el hombre pobre no vale nada, aunque sea muy honrado. El dinero es un grande y poderoso motor, es el eje sobre que pisa la humanidad y el hombre aunque sea ilustrado, aunque sea honrado lo pisa la rueda del carro.
No resuelvas nada, ni te dejes inducir por las primeras impresiones; acostúmbrate desde niño a reprimirte, a razonar para convencerte.
El hombre que a la primera impresión resuelve tiene mucho de que arrepentirse.
Cuídate mucho de los chismosos, de las personas habladoras; son los peores voceros de la deshonra; y no olvides que una frase, una palabra hace mas efecto que un discurso muchas veces. El licor es el peor elemento en estos casos. Bebiendo un hombre lanza sin tener intención, si apercibirse, una frase, una expresión inconveniente que le hace mucho daño. y lo peor es que casi nunca le reconviene su falta, sino que sin saberlo, le hacen una atmósfera que lo hunde para siempre.
Por eso el hombre no debe ser desocupado. Nos parece cuando estamos jóvenes que debemos correr tras los placeres del licor, la mujer y &; pero eso es una mentira; es una locura que nos trae luego mucho de que arrepentirse. Al lado de los hombres ilustrados, serios, se oye primero hasta acostumbrarse al lenguaje, a las maneras de esos hombres é
Insensiblemente te convences de que más se goza con ellos, que con las vulgaridades de la gente ignorante. "Cría fama y acuéstate a dormir" Es tan cierto esto. Tu llegas a un lugar por primera vez, en donde nadie te conoce, Tú carácter reservado, silencioso (porque el hombre debe ser callado) comedido, respetuoso, hasta con él más inferior se hace respetable; pero si por el contrario, charlando, lanzando al aire dicharachos y necedades, pronto te pierden la estimación y respeto que has debido merecer.
Entre una reunión de jóvenes alborotados e insolventes llama mucho la atención uno comedido y bien educado; pero "Dime con quien andas y te diré quien eres" hace que evites a todo trance esas reuniones.
Figúrate que estas en lugar donde no tienes buenas relaciones de amistad. Tú Educación, tu modo de decir correcto e ilustrado te harán necesario en las reuniones; y sin que las busques, ellas te harán llegar a su seno por una puerta por donde no pasan los que buscan presentaciones y amistades superficiales.
Es preferible no tener amistades, no asistir a reuniones, que tenerlas sin que te estimen, o asistir a un salón donde no te tengan toda clase de miramientos; eso no se adquiere rápidamente, no lo creas, es necesario ir muy lentamente a fuerza de buena conducta de saber, de honorabilidad.
No Firmes jamás documento, carta o papel cualquiera sin antes meditado mucho, tu correspondencia debe ser limpia, clara, sencilla en el decir y siempre respetuosa; pero tampoco la envíes sin haber tomado copia exacta, esto te evitara muchos inconvenientes.
El que lea un simple papel suyo, cuando mas una carta, te juzga por ella.
Ese mismo cuidado debes tener en el vestir. No te metas en asuntos ajenos, a menos que circunstancias tornen tu parecer; entonces debes meditar bien lo que vas a decir, teniendo en cuenta que jamás debe herirse el amor propio a nadie y jamás des tu opinión cuando se te pida sin un objeto determinado, con todas aquellas aclaraciones que te conduzcan al fin deseado y hasta escritas, pues así conservas un documento que te pondrá a cubierto mas tarde.
No desprecies y rompas papel ninguno; todo se colecciona y se guarda, Para ello hay formas muy cómodas. Ya dos veces en mi vida me ha salvado el guardar papeles. No hagas nunca ostentaciones de viveza, pues todos estarán prevenidos; mas vales un exterior sencillo y buena fe interior.
La buena fe es una garantía siempre. El hombre que obra bien, tiene siempre derecho a levantar la frente con honorable orgullo; mientras que alguno le coje una picardía pierde para siempre la confianza de los hombres honrados, que equivale a perderlo todo.
Todo tiene reglas que observar en este mundo; el hombre que se acostumbra a ellas tiene grandes ventajas. Porque vuela una mariposa; porque la hormiga trabaja miserablemente; porque un barco lo mueve el vapor; porque se debe observar forma y estilo en la correspondencia; porque se saluda así o otro modo; porque para compras y vender se debe hacer esto o esto otro; así siempre buceando la regla, la razón de todo.
Para ello es necesario observar a la gente fina e ilustrada.
Si para trasladarse de un lugar a otro en donde te propongas conseguir un negocio, un objeto cualquiera, adquieres una o más cartas de recomendación, debes presentarlas; pero de manifestarte que están a tus ordenes, debes demostrarle tu gratitud y diciéndoles que té basta tener la honra de conocerlos y procurar entonces, observando siempre una conducta correcta y digna, ganarte la estimación de ellos; eso no puede ser de golpe, hijo mío, de allí viene, de esa precipitación con que queremos la obtención de una carta de recomendación, que caigamos en el desprecio de la gente honorable.
No te forjes jamás ilusiones, cuyo alimento te hará perder el tiempo.
Las ofertas son siempre ofertas, que quedan así mientras que quien las hace no lleve un interés determinado en ellos, por lo cual debes indagar la razón, la conveniencia. Nunca aceptes una oferta de palabra; lo escrito, siempre lo escrito es lo que vale en estos casos.
No creas jamás que por cariño, ni por estimación te proteja nadie.Por eso es que el hombre debe trabajar siempre y tener capital. La regularidad en la vida del hombre es un gran motor que lo empuja, por decirlo así, hacia un porvenir brillante. El reloj, esta maquina que generalmente se lleva por adorno, por una pueril vanidad, es un instrumento que, remedo del tiempo, nos enseña día a día, hora a hora, minuto a minuto, instante a instante nuestros deberes. Centrando el hombre a sus quehaceres tiene irremisiblemente que captarse la voluntad y en el cariño de sus semejantes y lo rodea de esa atmósfera de honorabilidad que da al hombre paso franco por el laberinto de la vida social.
Ante el hombre que estrechamente cumple sus deberes, el hombre se descubre respetuoso; pero para eso se necesita ser laborioso, ser honrado, ser educado y educado en la religión de Cristo que imponen en nuestro corazón el amor y respeto a nuestros semejantes y por consiguientes a nosotros mismos.
Que diferencia de un hombre que de continuo piense en la mujeres, que sea jugador, bebedor, corrompido, éste aun que sea ilustrado, aunque sea laborioso, tiene siempre grandes inconvenientes, porque las atenciones que le tributen no es por estimación y verdadero respeto, sino por adulancia o por miedo.
El hombre a los veintiún años debe tener ya un negocio establecido o en camino para alcanzar títulos científicos. !Que triste es llegar a los 30 años sin haber adquirido nada!, !OH Que horror!
Pero debes estar entendido que ningún negocio bueno principia en grande. Es necesario irlo formando paulatinamente, ir viendo su crecimiento, su desarrollo lento pero seguro; a los negocios que no hemos creado por nuestro propio esfuerzo, por nuestra propia constancia, no podemos tenerle el mismo cariño que aquel que dimos a luz y que formamos.
Nuestro hijo o mejor: Tú, Jorge, naciste nueve meses después de continuos cuidados y viste la luz el 2 de octubre de 1896 a las 9 ½ PM. Desde ese instante cuantos cuidados, hijo, cuantas angustias sobre todo para tu madre. Pero tu crecimiento lento, tus sonrisas, tus más pequeñas acciones nos compensan con creces. Cuanto amor encierran para ti, nuestros corazones, amor inmenso, porque va creciendo a medida que creces tú.
Figúrate, pues, cuanto seria nuestra angustia, cuanto nuestro dolor, si tú no compensaras con amor, con buena conducta, con honradez, con laboriosidad, con eso que es innato en todo padre, con tu propio engrandecimiento, porque nosotros no queremos para nosotros, sino para ti.
Si te hubiéramos obtenido estando ya formados, nuestro amor hacia ti seria relativo. Así es todo en este mundo, "No hay trabajo, sin trabajo". Acostúmbrate a llevar en cartera nota clara y correcta de todas tus operaciones. Es un gasto que debe hacerse por economía.
La presa de copiador es también indispensable, con ella puedes tener: libros copiador de cartas particulares, copiador de cartas de negocios, copiador de cartas políticas, copiador de facturas o negocios despachados por ti y otros copiador de facturas recibidas, copiador de vales por pagar y por recibir.
En cuanto a tu carácter debes acostumbrarte a ser serio, mientras mas serio seas mas ventajas obtienes en todos los actos de tu vida.
Ese es otro defecto que he tenido y que me ha hecho siempre mucho daño; desde niño me acostumbré a jugarme primero con el servicio de mi casa solariega y despajes con casi todo el mundo; de manera que hoy necesito sufrir una impresión muy marcadamente desagradable para tratar la cosa en serio; me he reído siempre hasta de mi mismo. !Oh que malo es eso, hijo!, has mucho esfuerzo por no ser así.
Y tu carácter natural tiende a ser como fui yo; y yo no tengo fuerza de voluntad bastante, ni costumbre para impedírtelo, tendré que recomendarlo muy eficazmente a los que encargue de tu educación.
Ocúpate mucho de tu edad. Te dejo estampada la fecha y hasta la hora en que naciste, para que no dejes pasar tu niñez sin estudiar y después cuando cumplas veintiún años sepas que eres un hombre y que a esa edad debes estar acostumbrado a ver el porvenir con la seriedad con que debemos verlo.
Yo fui un niño hasta los 40 años, tuve la desgracia, (y así debo decirlo) de creer que el mundo era mío; que no necesitaba atesorar para el porvenir; y la vejez me ha sorprendido pobre, porque he malgastado mi tiempo.
Si yo pudiera darte a los 15 años de tu edad, el caudal de experiencia que con tanto sacrificio he adquirido en la escuela del mundo !pero ahí no puedo; y seria necesario que en ti se obrara uno de esos fenómenos que hacen hombre al niño, fenómenos que salvan, Porque cortan los escollos que tropieza de continuo la nave de nuestra experiencia.
Convéncete, hijo mío, las muchachadas vienen a hacernos daño cuando llegamos a la vejez; y la razón es muy sencilla. Cuando uno llega a viejo, faltan no solo las energías, el brío de la juventud, sino que los padecimientos físicos al par del conocimiento que uno tiene de los demás hombre te privan de esa protección de la que todos necesitamos, en nuestros negocios y nuestra vida social. Es necesario encontrar una mujer de alma muy elevada, como es tu madre, para poder uno abrigarse, por decirlo así, en el manto del hogar. Por eso no me cansare de aconsejarte seas en el tuyo un modelo.
Solo en ese santuario cuando uno entra descubierto, alza la frente y el corazón tranquilo, es que hay verdadera felicidad. En la calle todo es comedia; quien mas cortés, quien mas amable, quien respete mas el fuero ajeno, mejor; quien sea mas ilustrado, quien sea mas rico, mas consideraciones obtiene.
Nave que boga sin rumbo, sostenida por un timón y una brújula por un trapo.
Quiérenos mucho. Te lo pido por amor; te lo pido por ese egoísmo, noble por su fin, santo por su propósito.
Queriéndonos mucho, tendrás mucha compañía en nosotros y jamás nos ocultaras nada; eso te salvara, porque nosotros te guiaremos recto; y aun cuando sufras algunas veces contrariedades, mas tarde tendrás la satisfacción de ver realizados esos mismos deseos; pero con provecho tuyo.
Nunca en sociedad, ya sea en viaje, ya en cualquiera otra ocasión te importantices, mucho se gana siendo uno respetuoso, atento, aun cuando sea una persona insignificante con la tratemos. Ni en conversaciones y discusiones pueriles des tu opinión como absoluta; siempre debes procurar hacerla pasar con la aprobación de los demás; pero cuando esa discusión lleva un objeto determinado en que tengas interés en hacer prevalecer tu modo de pensar, debes precisarte, pero siempre con comedimiento y respetando o por lo menos haciendo creer que respetas el fuero ajeno o la opinión de tus contrincantes.
Hazte siempre amigo de los hombres sabios e ilustrados, búscalos, prefiere sus reuniones y huye siempre de la de los hombres corrompidos.